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Aprendendo a recibir feedbacks de manera constructiva

No basta con saber dar feedback: es igual o más importante recibir feedback de forma constructiva.

¿Alguna vez te has preguntado por qué recibir retroalimentación constructiva puede ser tan desafiante e incómodo? 🤔 Y, lo que es más importante, ¿cómo podemos superar esta dificultad y convertir los comentarios en oportunidades de crecimiento? 🚀

Los feedbacks constructivos son una herramienta poderosa para impulsar nuestro desarrollo personal y profesional. Nos permiten identificar áreas de mejora en nuestro comportamiento, revelando aspectos que no teníamos plena conciencia. Además, los feedbacks nos invitan a la reflexión y nos brindan valioso autoconocimiento, sirviendo como inspiración para trazar nuestros planes de crecimiento y convertirnos en versiones mejoradas de nosotros mismos.

 

👉 Sin embargo, enfrentar feedbacks duros y críticas puede ser extremadamente desafiante. En este artículo, exploraremos las razones que hacen que la recepción de feedback constructivo sea tan incómoda para nosotros, los seres humanos. Además, compartiremos valiosos consejos para prepararse y convertirse en un maestro en el arte de recibir feedbacks, con el objetivo principal de transformarlos en oportunidades reales de mejora.

 

Prepárate para explorar este tema importante y descubrir estrategias prácticas que te ayudarán a mejorar tu capacidad para lidiar con feedbacks constructivos. ¿Estás listo para embarcarte en este viaje de crecimiento? ¡Vamos allá!


El factor biológico

Nuestra mente es el resultado de milenios de evolución, moldeada por las necesidades de supervivencia de nuestros ancestros en entornos hostiles como junglas y sabanas. En esos tiempos primordiales, nuestros antepasados más "preocupados" tenían una ventaja competitiva, ya que actuar rápidamente frente a las amenazas era crucial para su supervivencia. Imagina la siguiente situación: dos homínidos se encuentran con un león en la selva. ¿Quién tendría más posibilidades de sobrevivir? ¿Aquel que huyó instintivamente sin cuestionar si el león era una amenaza real, o el que dudó, evaluando la situación? La respuesta es clara. Estamos condicionados a reaccionar automáticamente ante las amenazas.

 

🟣 Cuando se trata de recibir críticas o comentarios, nuestro cerebro interpreta esas evaluaciones como una amenaza a nuestra supervivencia. La crítica sacude nuestra autoestima y genera el miedo de no ser lo suficientemente buenos para pertenecer a nuestro entorno social. Como resultado, nuestro sistema biológico se pone en alerta: aumento de los latidos del corazón, respiración acelerada y la sensación de tensión familiar. ¡Seguramente estás familiarizado/a con esas sensaciones!

 

La base científica de este fenómeno es sólida. En el libro "Your Brain at Work", David Rock destaca un descubrimiento de sus investigaciones: las mismas conexiones neuronales que procesan nuestras necesidades sociales se activan cuando enfrentamos amenazas a nuestra supervivencia. En otras palabras, sentir hambre o ser rechazado/a por nuestra "tribu" desencadena la misma sensación de amenaza. Después de todo, ¿qué es el rechazo sino la exclusión de aquellos que elegimos como nuestra comunidad?

 

El factor psicológico

Todos tenemos el deseo inherente de pertenecer, ser amados y admirados. Sin embargo, recibir feedback constructivo puede desafiar esas necesidades básicas. Psicológicamente, experimentamos diferentes formas de ataques cuando nos enfrentamos a una "crítica".

 

Confundimos comportamientos con identidad: Nuestra defensividad surge porque tendemos a vincular nuestra identidad al feedback que recibimos. Irracionalmente, creemos que "somos" el feedback, en lugar de reconocer que solo "estamos" recibiendo ese feedback.

 

Somos influenciados por el "razonamiento emocional": Tenemos la tendencia a creer que algo es 100% verdadero basándonos en las emociones que estamos sintiendo en ese momento. Por ejemplo, si estamos teniendo un mal día, podemos fácilmente creer que somos personas malas en general.

 

Pensamos de forma polarizada: Tenemos la tendencia a ver las situaciones de manera extrema, dividiéndolas en categorías completamente buenas o completamente malas.

 

Catastrofizamos: Tenemos la tendencia a exagerar el tamaño, alcance, magnitud e importancia de un evento, pensamiento o sensación que nos afecta. Convertimos pequeñas fallas en grandes desastres.

 

Es evidente que existen diversos factores biológicos y psicológicos que influyen en la forma en que absorbemos y reaccionamos a los feedbacks críticos y constructivos.

 

 Ahora, lo más importante es descubrir cómo podemos mejorar en el arte de recibir feedback y aprovechar las oportunidades de crecimiento.

 

Aquí tienes algunas sugerencias sobre cómo aprovechar al máximo los feedbacks recibidos 🚀

🟣 Escucha activamente: Cuando recibas un feedback en persona, muestra un lenguaje corporal abierto, mantén contacto visual y haz preguntas para aclarar tu comprensión. Resume lo que has entendido para confirmar el mensaje. Ten cuidado de no hacer preguntas defensivas que puedan bloquear futuros feedbacks.

 

🟣 Dales tiempo y reflexiona: Así como no debes rechazar inmediatamente el feedback, tampoco lo aceptes de inmediato. Reserva un tiempo para reflexionar sobre la información recibida, analizar su validez e identificar oportunidades de mejora.

 

🟣 Acepta tus emociones negativas: Es normal sentirse molesto al recibir un feedback negativo. En lugar de reprimir esas emociones, permítete sentirlas y deja que se calmen antes de seguir adelante. Dar un paseo o realizar una actividad relajante puede ayudar en este proceso.

 

🟣 Toma el control de tu desarrollo: Al recibir un feedback, concéntrate en las oportunidades para corregir o mejorar comportamientos y habilidades específicas. Utilízalo como una oportunidad de crecimiento personal y profesional.

 

🟣 Cierra el ciclo si te has convertido en una mejor persona: Vuelve al emisor del feedback y comparte cómo has aplicado el aprendizaje y cómo ha impactado tu desarrollo. Demostrar gratitud y compartir el progreso realizado es una forma de cerrar el ciclo del feedback.

 

🟣 No discutas, solo agradece: Evita entrar en discusiones defensivas cuando recibas un feedback. En su lugar, agradece a la persona por el tiempo y el esfuerzo dedicados en proporcionar el feedback. Muestra aprecio por la oportunidad de crecimiento.

 

🟣 Mantén la curiosidad y la apertura, sin perder tu perspectiva crítica: Mantén una postura abierta para recibir feedback, pero no dejes de analizar críticamente la información recibida. Equilibra tu receptividad con tu sentido crítico y mantén tu perspectiva.

 

🟣 Cultiva una mentalidad de crecimiento: Adopta una mentalidad de crecimiento en la que los feedbacks se vean como oportunidades de mejora. Cree que es posible aprender y desarrollarse con cada feedback recibido.

 

⚠️ Recuerda: solo tú tienes el poder de decidir qué hacer con el feedback. Utilízalo como una herramienta para impulsar tu crecimiento y alcanzar tus metas personales y profesionales.

 

Una estrategia eficaz para manejar feedback desafiante

Cuando encuentres dificultades para aceptar un feedback, prueba el ejercicio de análisis en dos columnas. Toma un trozo de papel y divídelo en dos partes.

 

En la columna de la izquierda, enumera los problemas relacionados con el feedback recibido, como: el mensaje no es verdadero; no es justo; se dio en un momento inapropiado; los motivos para el feedback son sospechosos; la persona estaba emocionalmente influenciada; o el emisor no tuvo cuidado o habilidad al dar el feedback.

 

En la columna de la derecha, lista todo lo que creas que es correcto en el feedback recibido. Esta práctica es valiosa porque tendemos a descartar todo el mensaje cuando encontramos algo con lo que no estamos de acuerdo o que no nos agrada. Incluso si el 99% del feedback está equivocado, existe una gran posibilidad de que ese 1% sea exactamente lo que necesitabas escuchar.

 

Y, ¿qué conclusiones podemos sacar? 🤔

"Perception is all there is"

- Tom Peters

 

Al permitirnos ver a través de las perspectivas de otras personas, entendemos cómo nuestras acciones son interpretadas por el entorno que nos rodea. Esto no solo aumenta nuestro autoconocimiento, sino que también nos acerca a las personas con las que convivimos a través de la empatía y la compasión.

 

Aprender a manejar estos intercambios nos permite ampliar nuestros horizontes y recuperar perspectivas más rápidamente cuando nos vemos inundados de dudas e inseguridades. Al desarrollar esta resiliencia, somos capaces de recibir feedback constructivo con más apertura y menos defensividad, cultivando una mentalidad de crecimiento y construyendo un entorno de apoyo y transparencia. ¿Y quién se beneficia de esto? Todos nosotros 🚀


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